sábado, marzo 26, 2005

Contradicción

"Es una mujer ridícula", pienso. Entra al salón donde el grupo está reunido, y parece un árbol de Navidad: demasiado colorinche, demasiado adorno, y todo mal elegido, todo mal combinado. Expresión de soberbia en la cara de rasgos gruesos, de piel pálida, con granos (con grandes ojos azules, eso sí). Pelo largo y liso, color miel, a veces recogido en una gran coleta en la parte superior del cráneo. Entra llamando la atención sobre sí misma; uno intuye que se siente poseedora de una firme autoridad, a pesar de que allí no la tiene (es una más del grupo). Genera odio y resentimiento; pero inevitablemente, aunque yo también la desapruebe, no logro quitarle los ojos de encima.