Quien busque la mejor relación entre calidad y precio, debe visitar los balnearios con "ambiente familiar" (curiosa denominación, implícita y no falsa), como Piriápolis y Atlántida. Parece mentira, pero en otros, los del departamento de Rocha, más frecuentados por gentes "intelectuales" (curiosa denominación, explícita y tal vez un poco más falsa), los libros pueden ser buenos, pero los mismos que en Montevideo y, sobre todo, al mismo precio que en nuestra carísima capital.
El motivo se me escapa, aunque los libreros han de conocerlo. Lo cierto es que, en particular en Piriápolis, pueden conseguirse por la irrisoria suma de doscientos cincuenta pesos, tres buenos libros. Buenos, verdaderamente buenos. Hablo de Ballard, Ellroy, Bioy Casares, Himes, etc. El amante de la novela policial se hace un festín, y el simple amante de la literatura (no de la última novedad literaria), también.
Repito: ignoro por qué es así, pero en esas generosas librerías de dos balnearios pocos prestigiosos entre la inteligentzia (curiosa denominación, etc.), la cultura se refresca como en las aguas de sus playas. Mejor aún, en medio del bullicio de los turistas en shorts y camisetas y entre el ruido de las músicas superpuestas y callejeras. ¿Qué más se puede pedir?
