martes, septiembre 13, 2005

Corrupción

Una de las cosas, y son muchas, que he notado respecto al paso de los años es que cada vez me cuesta más detenerme a contemplar la lluvia. Paso ante los ventanales, descubro que llueve fragorosamente sobre la Plaza, que llueve de un modo que debería atraerme y que de hecho me atrae, pero no me detengo; sigo de largo, pensando en los altísimos precios de las computadoras nuevas.