jueves, mayo 26, 2005

Calor

Quizás hacía demasiado tiempo que no me acostaba con una mujer, porque cuando una de ellas se sentaba delante de mí en los asientos del ómnibus, me daban ganas de adelantar la cara y morderle uno de esos hombros tan desnudos. No lo hacía, pero me quedaba con la íntima angustia de que el verano estaba desnudando a las mujeres y yo no.