miércoles, noviembre 01, 2023

 Ella se duerme leyendo

una novela de Agatha Christie,
el perro a su lado,
dorada nube arrollada.
Yo pienso: Ahí está el amor de mi vida
durmiendo un domingo después
de trabajar cortando la comida de ese
perro enfermo que necesita
todo lo que necesita un perro enfermo
-pollo, verdura, mondongo-
y aquí estoy yo, escritor de poemas
rápidos para internet,
con poco valor, pero alguno para internet,
mirando, bebiendo mi whisky
en un mediodía de domingo,
con el mundo entre mis manos,
terca ilusión porque nada
está en mis manos, menos aún
la seguridad del perro y la mujer,
ni siquiera la mía,
yo escritor de cuentos nuevos
al mismo tiempo viejos,
nada importante salvo para mí
y para un puñado de lectores irredentos,
lentos, porfiados, amados,
y aquí estoy yo en este casi mediodía de domingo,
estornudando, amando,
y escribiendo
lo nuevo que puedo escribir.